Journal 48: Entrevista a Cristina Martínez Gijón

Journal 48: Entrevista a Cristina Martínez Gijón

Cristina Martínez Gijón es una influencer española centrada en la maternidad y la vida familiar, conocida por compartir en redes su experiencia como madre de seis hijos. Su voz destaca por promover valores como la unidad familiar, la cooperación entre padres e hijos, y el compromiso al educar en un hogar numeroso.

Tienes 6 hijos. ¿Qué expectativas tenías antes de ello y qué parte te sorprendió más una vez la familia empezó a crecer?
“Desde muy joven soñaba con tener una familia grande, quizá porque crecí rodeada de hermanos (somos seis) y sé lo que significa ese vínculo. Pero nunca imaginé la felicidad tan profunda que ese sueño traería consigo.

Desde que empezamos nuestro noviazgo, Álvaro y yo siempre tuvimos claro que queríamos apostar por una familia numerosa. Sabíamos que habría sacrificios, pero también intuíamos el regalo que supone crecer rodeado de amor y compañía. Y no nos equivocamos. La realidad me enseñó que la vida en familia es movimiento, adaptación y, sobre todo, amor multiplicado.

Lo que más me sorprendió al crecer la familia fue descubrir mi propia capacidad para reinventarme. Cada hijo trajo consigo un nuevo aprendizaje, una nueva versión de mí misma. Aprendí que la logística puede ser un arte, que la paciencia se entrena y que la risa es el mejor recurso para los días caóticos. De hecho, si hay algo que nos define como familia y que tratamos de transmitir y que se ha convertido en nuestra fórmula infalible es: AMOR + HUMOR.”

¿Qué lecciones personales crees que has extraído de ello?
“He aprendido a priorizar y a disfrutar de lo pequeño. Sobre todo, he entendido que estar presente tiene mucho más valor que hacerlo todo perfecto. La maternidad me ha enseñado a relativizar, a soltar la obsesión por el control y a vivir con más calma por dentro, incluso cuando fuera reina el caos. Y vaya si reina: he llegado a tener una videollamada importante mientras uno me pedía un yogur y otro aparecía llorando. Antes me habría estresado; ahora me río y sigo adelante. Porque al final, la perfección es aburrida… y la vida real, con humor, es mucho más bonita.”

Desde el punto de vista de tu carrera como influencer y lifestyle, ¿qué te motiva a compartir tu rutina familiar?
“Empecé compartiendo sin grandes pretensiones, simplemente mostrando mi día a día. Nada de filtros perfectos ni vidas irreales: desde el principio quise enseñar lo que somos de verdad, con caos, amor, risas, cansancio, peleas y esos momentos preciosos que compensan todo.

Me gusta ser auténtica, natural y transparente. No escondo quién soy: soy católica, voy a misa y, a veces, comparto reflexiones que, sin esperarlo, llegan a muchas personas. Hace poco subí un vídeo con Álvaro, que la verdad que el pobre se presta a todo 🤭 en el que se nos veía reir, discutir, reprochar y alabar al otro, siempre con educación y, por supuesto con un toque de humor, que es como me gusta hacer las cosas y recuerdo que recibí muchísimos mensajes diciéndome: “Gracias por mostrar lo real del matrimonio”. 

Y eso es lo que más me motiva: si lo que comparto le sirve aunque sea a una sola persona, para mí ya habrá merecido la pena.”

¿Cuáles son tus planes o sueños personales más allá de ser madre?
"Ser madre es una parte esencial de mí, pero también sueño con desarrollar algo propio dentro del mundo de la moda, porque creo que la moda tiene esa magia: puede transformar cómo te sientes sin cambiar quién eres.

Mi objetivo es encontrar un espacio donde unir mi experiencia, mi creatividad y mi esencia personal. Porque ser madre no significa renunciar a tus sueños; significa darles un nuevo sentido.”

¿Qué lugar del mundo te gustaría recorrer con tus friulanes puestas?
“Sin duda, la Toscana. Tiene ese encanto natural, elegante y relajado con el que me identifico: una mezcla perfecta entre lo rústico y lo sofisticado, paisajes que parecen sacados de una postal, historia, buena comida… y esa serenidad que invita a disfrutar despacio.

Me imagino paseando por esas calles empedradas, con mis friulanes puestas, una cesta con flores en la mano y los niños corriendo detrás disfrutando de un  helado.”

¿Cómo serían tus Cayumas perfectas?
“Mis Cayumas perfectas serían cómodas y versátiles, con ese toque de color que alegra cualquier look y cualquier día.

Unas que pueda llevar desde una mañana de recados hasta una cena improvisada sin sentir que necesito cambiarme. Clásicas, pero con personalidad.”