Journal 20: Entrevista a Paula Ordovás

Paula Ordovás es periodista y una de las pioneras del marketing de influencia. Ha desarrollado una marca propia, una agencia de comunicación y una plataforma de fitness. Desde su historia de superación personal, ha publicado su segundo libro, La Chica de los Ojos Marrones, y comienza una nueva etapa como divulgadora transformacional, que la ha llevado a recibir el premio Fearless Mujer: Influencer con Valores.
En tu último libro, “La chica de los ojos marrones”, haces una apertura radical sobre experiencias profundamente dolorosas. ¿Qué papel juega la creatividad, la escritura, la moda, incluso el entrenamiento físico, en tu proceso de sanación emocional?
“Todas ellas han sido fundamentales en mi proceso de sanación. Todas ellas han sido parte de lo que yo llamo ‘mi tabla de salvación’. La creatividad dio luz a la época oscura de mi niñez. Recrear la belleza en distintos ámbitos vitales de mi vida: decoración, gastronomía, moda e interiorismo ha sido clave para poder sanar y no dejarme aplastar por la dureza de las experiencias traumáticas de mi infancia. La escritura es una forma de creatividad para mi. Estudié periodismo y comunicarme a través de la escritura siempre ha sido una forma de hacer terapia y poner nombres y apellidos a mis sentimientos.
Por otro lado el entrenamiento ha sido mi medicina, mi forma de meditar y de conectar con lo más profundo de mi ser. Además a nivel anímico, entrenar y llevar una alimentación saludable regula de forma automática los niveles de cortisol. Yo vivía con el cortisol disparado y un estado alerta constante. Correr se convirtió en una forma de regular mi ansiedad y equilibrar mi cortisol.”
¿Qué te empujó finalmente a escribirlo?
“Alzar la voz fue el primer gran paso para sanar. Decirlo en voz alta me conectó con la niña que fui. Me conectó conmigo y me dejó sentir, algo que no me había permitido durante 36 años de mi vida por miedo a volver a sentirme vulnerable, porque cuándo más vulnerable fui, siendo una niña de 4 años, más daño me hicieron. Era una forma de protegerme.
Durante el proceso de escritura de ‘La chica de los ojos marrones’ pude ordenar todo lo que sucedió, pude entenderme mejor y también logré identificar muchas cosas que viví que tuve bloqueadas durante años. Este libro fue por y para mí en un primer lugar. Y una vez lo terminé, me di cuenta de que podía servirle a muchas personas. Este libro no habla del dolor, sino de lo que hice con él. Este libro habla de esperanza. De cómo transformar en dolor y lograr el éxito en muchos ámbitos vitales de nuestras vidas a pesar de él.”
¿El capítulo que más te costó escribir? O con el que te sientas más conectada.
“Sin duda me costó mucho enfrentarme a la relación con mi madre. Esto no solo escribiendo el libro, sino en mi proceso de terapia y de conexión con mi niña interior. La dureza con la que he sido criada ha sido para mi (y sigue siéndolo, sobre todo ahora, que he sido madre) lo más difícil de sanar, porque cuando este tipo de vivencias y comportamientos están tras una madre, es muy difícil despegarte y perdonar. Sientes la culpa metida en los huesos.”
Tienes un profundo amor por los detalles, desde tu forma de vestir hasta cómo presentas tu hogar. ¿Qué importancia tiene para ti la artesanía y lo hecho a mano en tu vida diaria?
“Para mi las pequeñas cosas en la vida dan sentido cuando todo se complica, cuando vienen curvas. Ver belleza en esos pequeños detalles y en lo que te rodea cuando estás transitando la oscuridad te guía para ver la luz y reconstruirte. Te da un pequeño balance que te hace sobrevivir y resurgir como un Ave Fénix. Al hombre de le puede arrebatar absolutamente todo en la vida excepto la elección de su actitud ante la vida, y es esa elección lo que da sentido a nuestra existencia. Ver la belleza en la oscuridad dio sentido a mi existencia.”
Diriges varios proyectos: una agencia, una tienda, una comunidad wellness, una marca personal y ahora un libro íntimo. ¿Qué descubriste de ti misma en el desarrollo de esos proyectos?
“Sin duda he descubierto que los errores son esenciales para seguir creciendo, que de ellos sacamos el máximo aprendizaje y que rodearte de un buen equipo es esencial para ese crecimiento y ese éxito.”
¿Cuál fue el primer proyecto que sentiste “auténticamente tuyo”?
“Sin duda, Casa Manuela, mi proyecto de arte y bienestar en Marbella. Un proyecto impulsado y creado por mi marido y por mi, en el que confluyen los pilares más importante para llegar al equilibrio en la vida. Todo gira entorno a la belleza, el bienestar y la desconexión más absoluta con el mundo para conectar con lo más profundo de tu ser. En este proyecto confluyen artistas de diferentes disciplinas y partes del mundo envolviendo esa desconexión en la belleza más pura: arte textil, pintura, escultura, cerámica, gastronomía…”
¿Qué importancia le das a los zapatos en tu día a día?
“Diría que soy una apasionada de los zapatos. Es lo que más espacio ocupa en mi vestidor. Siento que el zapato es el complemento que da vida a un look. Con ellos puedes elegir dar un toque más elegante o más informal manteniendo la misma ropa. Los zapatos dicen mucho de la personalidad del que los lleva, es una forma de conocer a la persona que tienes delante.”
¿Qué lugar del mundo te gustaría recorrer con tus friulanes puestas?
“Un destino pendiente que muero por conocer es Nueva Zelanda.”
¿Cómo serían tus Cayumas perfectas?
“Me estoy imaginando unas Cayumas en su versión más divertida, con yute y cuentas de colores, ¡ideales para verano!”